¿Qué es el bioexistencialismo?

El bioexistencialismo es una aproximación teórica entre los principales elementos constiutivos del existencialismo de Sartre y del deterinismo biológico, y se sustenta, entre otros aspectos, en la proximidad y similitud existente entre los conceptos de ambiente-organismo y ser para sí-ser para otro.
Para el bioexistencialismo, la libertad y el determinismo son dos características propias de toda forma de vida, que nunca pueden adquirir un valor absoluto, y difieren entre los distintos organismos, tanto a nivel intraespecífico como interespecífico, solamente respecto de sus valores cuantitativos, pero no de forma cualitativa.
La vida es libertad y también determinismo, ambos al mismo tiempo. Los procesos que le dan origen son materiales y funcionales, y no se requiere la presencia de un sistema nervioso complejo.
El bioexistencialismo es también una forma de validar los mismos principios que Sartre atribuyera a los seres humanos, a otras formas de vida - en teoría toda forma de vida -, sin importar su situación filogenética.

Síntesis bioexistencial

El bioexistencialismo es una aproximación teórica entre los principales elementos constiutivos del existencialismo de Sartre y del deterinismo biológico, y se sustenta, entre otros aspectos, en la proximidad y similitud existente entre los conceptos de ambiente-organismo y ser para sí-ser para otro.

Al igual que en el existencialismo de Sartre, en biología se admite que todos los organismos se encuentran en continua construcción. No es posible definir a un organismo, ni a una especie, con sólo unas pocas características del mismo o de la misma. Todo organismo tiene un programa genético que interactuuará con su ambiente. Dicho programa es modulado por el ambiente, y su viabilidad depende primeramente de las características ambientales y de la flexibilidad de su despliegue en la conformación de tal programa.

Así, el "ser para sî", es congruente con el programa biológico propio de cada especie, y más particularmente de cada organismo, mientras que el "ser para otro" es congruente con las esxigencias ambientales a las que el organismo habrá de relacionarse. La síntesis resultante entre el programa y el ambiente se llama ontogenia en biología, y existencia en el existencialismo.

Para el bioexistencialismo, la libertad y el determinismo son dos características propias de toda forma de vida, que nunca pueden adquirir un valor absoluto, y difieren entre los distintos organismos, tanto a nivel intraespecífico como interespecífico, solamente respecto de sus valores cuantitativos, pero no de forma cualitativa.

Todo organismo está sometido a los influjos del ambiente, y en cada uno de ellos existe un programa que se desarrolla de acuerdo a dichas exigecias. Ningún programa puede desarrollarse en absoluta independencia respecto del ambiente, y éste nunca es responsable inmediato y absoluto de lo que acontece con aquél.

Así, y puesto que hay una interacción constante entre organismo y ambiente, la importancia relativa que cada elemento juega en la construcción de una ontogenia es fluctuante siempre a través de la propia ontogenia, y en todo tipo de organismo. Ya que nunca son absolutos, ni el determinismo del programa ni el ambiental, este margen de acción es en el que se sitúa lo que habremos de entender por libertad. Es la misma "tensión" que se constata entre el ser para sí y el ser para otro.

La vida es libertad y también determinismo, ambos al mismo tiempo. Los procesos que le dan origen son funcionales y materiales, y no se requiere la presencia de un sistema nervioso complejo. El bioexistencialismo es también una forma de validar los mismos principios que Sartre atribuyera a los seres humanos, a otras formas de vida - en teoría toda forma de vida -, sin importar su situación filogenética.

Los procesos biológicos que dan origen a lo que entendemos por libertad son en último término dependientes del funcionamiento y de la estructura material de cada organismo. La conciencia, el libre albedrío, la capacidad de elección - solo por mencionar sus acepciones más corrientes -, corresponden a manifestaciones fenotípicas de diversa complejidad, cuantitativamente diferenciables pero del mismo orden cualitativo para toda forma de vida.

La presencia de un sistema nervioso altamente complejo para la expresión de la libertad no es una condición sine qua non, pese a que es gracias a éstos por lo cual se alcanzan matices significativamente variados en lo que viene a llamarse libertad.

El bioexistencialismo no es un traslado del cuerpo conceptual del existencialismo sartriano hacia la biología, sino más bien una caracterización biológica de dichos elementos conceptuales, que corresponden más propiamente a una realidad materialmente constatable, y cuyo valor teórico y descriptivo no se circunscriben únicamente a nuestra especie, pese a que sea ésta en la cual la explicitacíon del fenómeno resulte más clara y evidnente.

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En este documental, una serie de ejemplos permiten ilustrar que aquello que entendemos como "conciencia", además de reunir diferentes características comportamentales que se que se considerarían como propias de nuestra especie, se encuentran también, aunque no de forma simultánea, en diversas especies animales.

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La conciencia, condición no sine quanon para la libertad

Estamos en condiciones de afirmar que la libertad es una característica propia a toda forma de vida puesto que, a menos que se acepte una definición en que se precise de una "conciencia", el hecho fundador de la libertad no radica tanto en "una toma de conciencia" como su realización misma, en la materialización concreta, cualquiera sea la manifestación fisiológica que ello pudiera significar.

Desde un punto de vista biológico, podemos entender la conciencia como un "sentido de los sentidos" [véase Tannenbaum, A. The sense of consciousness, JTB, vol. 211], y en consecuencia, incluso visto desde un punto de vista fisiológico, dicha conciencia no hará más que dar cuenta de un cambio fisiológico, fenotípico u ontogénico, de cualquier orden, más que provocarlo directamente [véase Chun Siong Soon, Marcel Brass, Hans-Jochen Heinze & John-Dylan Haynes. Unconscious determinants of free decisions in the human brain. Nature Neuroscience 04/2008].

Bioexistencialismo

Puede hablarse con propiedad de un existencialismo del cual, ademàs de nuestra especie, toda otra forma de vida sea partícipe. No es posible establecer una frontera clara y precisa entre los seres humanos y los demàs organismos. De una u otra manera, compartimos características diversas; anatómicas, comportamentales, genéticas, etc., y aquello que pueda definirnos como humanos por su "exclusividad" puede corresponder, en la mayoría de casos, más a epifenómenos que a elementos imprescindibles para la subsitencia.



"Si todos y cada uno de los organismos que conocemos responden a las mismas fuerzas naturales, y deben su presencia en el planeta a ellas, no es posible admitir que, en tanto iniciado el debate en la contemplación de lo que acontece con la existencia del ser humano, que se da definitiva y profundamente libre, el resto de la vida conocida no sea partícipe de los mismos alcances directos e indirectos. Por lo tanto, en virtud de nuestra condición animal, que es resultante del devenir biológico, deducimos que el mundo de lo vivo participa igualmente de uno u otro modo de lo que el existencialismo implica o pudiera implicar para nuestra especie.
En tal sentido, si el existencialismo tiene por característica ser por excelencia la filosofía de la libertad, restará establecer cómo se manifiesta ésta en el mundo natural, del cual casi siempre se ha aislado al hombre como la única entidad con ejercicio de elección. Esta perspectiva puede suponer una devaluación de nuestra humanidad, y si se admite que la libertad es una constante presente hasta las bacterias, por ejemplo, en cierto modo daríamos pie a un gran giro conceptual de cómo deben o debieran darse nuestras relaciones con los demás organismos si aceptamos que los conceptos que proponemos son válidos para toda forma de vida, por lo que puede hablarse con seguridad de un existencialismo biológico, pero más propiamente de un bioexistencialismo. Sin embargo, además de compartir las ya bien conocidas características biológicas que nos convierten en organismos triviales, compartir “el mundo de la libertad”, no implicará de inmediato lanzarse a una nueva aventura axiológica en la que un simio pueda “valer” más que un pobre, un impedido, o un feto humano. Por lo demás, advertir tal hecho más bien podría significar la imperiosa necesidad de basar nuestra humanidad en principios, acaso arbitrariamente establecidos, porque también es cierto que, en tanto somos libres, no es posible desprender de inmediato una ética del bioexistencialismo, mas en cambio, en él todo se construye."


Extracto de Bioexistencialismo. La vida es libertad. 2009, p 31, "Bioexistencialismo".


En resumen, los razonamientos expuestos por Sartre en El Ser y la Nada son también aplicables a otras formas de vida. Evidentemente, existen diferencias cuantitativas, pero el fondo del fenómeno, es decir su aspecto cualitativo, continúa siendo el mismo.

Sinopsis del libro




¿Somos libres o nuestras vidas están de alguna manera programadas? Determinismos sociales, económicos, y peor aún, determinismos genéticos, son algunos de los obstáculos que encuentra nuestra libertad. Y sin embargo, la libertad parece no ser tan etérea. Acaso Sartre tenía razón al afirmar que somos libres, pero él mismo sabía muy bien que la libertad no es equivalente al sueño, a la ilusión gratuita. Y entonces, ¿cuál es la frontera que separa al soñador del desquiciado? Acaso libertad y determinismo, al fin y al cabo, sean dos caras de una misma moneda. Sí, somos libres, pero…


ISBN 978-2-9533802-0-0
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